El aparato psíquico se divide por líneas de superficialidad o de profundidad en tres instancias o sistemas. Cada uno de estos sistemas tiene una funcionalidad propia y cada instancia somete a crítica la actividad de la siguiente ocurriendo la desaparición de las actividades de las instancias profundas.
Consciente
Este sistema es el que nos hace relacionarnos en forma directa con la realidad a través de todo lo que percibimos. Las representaciones conscientes son todo lo que registramos ya sea afuera nuestro (lo que vemos, escuchamos, hacemos, etc.) como lo que pasa dentro (lo que recordamos, deseamos, sentimos, etc.). Sin embargo para la teoría psicoanalítica no sólo el sistema consciente es el que percibe. También los inconsciente y lo preconsciente están presentes en el momento de percibir. Esa presencia hace que muchas veces la percepción esté distorsionada por algún deseo inconsciente que esté incidiendo.
Preconciente:
Es el sistema situado entre el inconsciente y el consciente, separándole de aquél, la censura. Está formado por aquellos sentimientos, pensamientos, fantasías, etc. que no están presentes en la conciencia, pero que pueden hacerse presentes de manera fácil. Cuando decimos por ejemplo: “Lo tengo en la punta de la lengua” casi siempre estamos haciendo referencia sin saberlo, a algo que está representado en nuestro preconciente.
Inconsciente:
Lo inconsciente está separado, escindido, del pensar conciente.
El inconsciente, es el nivel donde se encuentran todos los contenidos, emociones, deseos, ideas, vivencias y conflictos reprimidos que no tienen lugar en la conciencia, debido a que la intensidad que poseen produce displacer (sufrimiento) a la persona cuando los recuerda, por ello los reprime y permanecen por fuera de la consciencia.
El inconsciente, es el nivel donde se encuentran todos los contenidos, emociones, deseos, ideas, vivencias y conflictos reprimidos que no tienen lugar en la conciencia, debido a que la intensidad que poseen produce displacer (sufrimiento) a la persona cuando los recuerda, por ello los reprime y permanecen por fuera de la consciencia.
Freud dice: “Una representación inconsciente será entonces una representación que no percibimos, pero cuya existencia estamos, sin embargo, prontos a afirmar, basándonos en indicios y pruebas.” Esos indicios y pruebas pueden ser las llamadas formaciones del inconsciente: Síntomas – Actos fallidos – Sueños – Chistes.
Freud va captando y desarrollando las características distintivas que presentan los contenidos de ese oculto sistema. Freud lo explica de la siguiente manera: “El psicoanálisis nos ha revelado que la esencia del proceso de la represión no consiste en suprimir y destruir una idea que (…) sino en impedirle hacerse consciente.”
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